Bienvenidos a la revolución
Después del desayuno, el científico principal Adam Soule y Rosa León Zayas se sientan juntos en el laboratorio principal del barco y hablan sobre sus planes para trabajar hoy-en el fondo del océano.
"Prestemos atención a los materiales de colores claros y las formas orgánicas," dice Soule. "Esas podrían ser evidencias de infiltraciones de suelo."
León Zayas, oriunda de Puerto Rico, asiente con la cabeza. Esta es su primera inmersión en Alvin y resulta que está a poco más de 100 millas de donde ella creció.
"Mi familia es de un pequeño pueblo en el centro de la isla, a unos 40 minutos de cualquier costa," dice. "Íbamos a la playa un par de veces al año."
No fue hasta la universidad que León Zayas se dio cuenta de que podía hacer una carrera estudiando el océano. Su investigación se centra en la composición y el potencial metabólico de las comunidades microbianas en ambientes marinos, especialmente en las fosas oceánicas profundas.
Durante otras expediciones en el mar, León Zayas y sus colegas han utilizado vehículos de descenso independiente para colectar muestras en el lecho marino.
"Es muy difícil llegar a trincheras ultra profundas," dice ella. "Utilizar el Alvin para hacer ese tipo de ciencia nunca ha estado en el ámbito de la posibilidad para mí porque Alvin no podía profundizar tanto," dice León Zayas. "Pero ahora, gracias a la nueva certificación, podemos llegar a algunos de los sitios menos profundos que estudio. Es como una revolución."
Le pregunto a León Zayas cómo se siente y una amplia sonrisa se dibuja en su rostro. "Es una experiencia completamente nueva, así que siento una combinación saludable de emoción y terror," dice.
Cuando León Zayas conversa con el líder del grupo Alvin, Bruce Strickrott, él le dice que piense en la inmersión como un largo viaje por carretera.
"Me he mudado por todo el país muchas veces debido a la academia," dice ella. "Por lo general, me va bastante bien cuando paso ocho horas en un vehículo, ¡así que creo que será genial!"
Para Soule, León Zayas y Strickrott, su viaje por carretera al fondo del océano comienza a las 10:00 a.m.
Después de un descenso de dos horas, Alvin aterriza sobre un sedimento blando.
"Parecía un poco como aterrizar en la luna," dice León Zayas. "Después de que el submarino tocó fondo, inmediatamente nos rodeó una gran nube de sedimentos."
Durante las próximas cuatro horas, recolectan una muestra biológica, unas muestra de rocas y dos muestras de sedimento, y registran todo lo que observan. Soule también se toma unos momentos para entrevistar a León Zayas (tanto en inglés como en español) sobre su experiencia trabajando en el submarino.
Cuando Alvin regresa alrededor de las 5:30 p. m., todo el equipo científico se reúne en la cubierta de popa para felicitar a León Zayas y Soule por una inmersión exitosa e histórica. Se intercambian aplausos y chocan los cinco.
Soule, que ha completado más de 20 inmersiones en Alvin, dice que esta inmersión se sintió como cualquier otra en el sentido de que pasó demasiado rápido.
"Estuvimos trabajando duro todo el tiempo para ver todo lo que pudiéramos y grabar todo, pero también conscientes de que esto era un gran momento," dice. "Fue la primera inmersión científica que el submarino ha tenido a profundidades hadales. Fue realmente gratificante ser parte de esto."
Para León Zayas, la inmersión fue estimulante e instructiva, además de personal.
"Poder estudiar el océano en Puerto Rico es un gran privilegio," dice. "Esta experiencia es una oportunidad para retribuir al increíble lugar en el que crecí. Solo deseo que más personas en la isla puedan tener la oportunidad de estudiar las profundidades del océano."
- Marley Parker y Rosa León Zayas